Sobre el blog

Este es un blog de intercambio cultural y adadémico entre dos institutos de secundaria: ins. Argentona en Catalunya, España y Colegio de Diembering en la Casamance, Senegal.

jueves, 22 de mayo de 2014

Sant Jordi

Una de nuestras tradiciones
El pasado 23 de abril, celebramos una tradición llamada “Sant Jordi”. Ésta es una tradición bastante antigua, que se basa en un hecho histórico, medio leyenda medio realidad, que ahora os cuento. En homenaje a este hecho, los chicos le regalan a las chicas una rosa y las chicas a los chicos un libro. Las rosas y los libros que regalamos llenan por un día las calles y las plazas de todas las ciudades y pueblos en Catalunya. Es una fiesta de participación popular con unas características probablemente únicas en el mundo.


Erase tempo atrás, había un dragón que atemorizaba a los habitantes de  Montblanc. Éllos con miedo a que se los comiera, decidieron darle diáriamente ovejas, bueyes y todos los animales que tenían, hasta que se quedaron sin ninguno.  El rey convocó una reunión, donde decidieron que harían un sorteo en el cual le darían al dragón una persona, para que se la comiese.

Un desafortunado día, le tocó a la hija del rey, y él, entre lágrimas dijo: -Perdonad a mi hija y, a cambio, os daré todo lo que vosotros deseéis.
El pueblo se lo negó, y el rey pidió ocho días para llorar a su hija. Llegado el día, el rey la vistió y la dejó delante de la cueva, cerca del dragón.




Pero de repente, cuando el dragón ya abría su gran boca para comerse de un mordisco a la princesa, apareció, cabalgando sobre un caballo blanco y con su lanza y su escudo dorado el caballero Sant Jordi, para salvar a la princesa de las garras de aquel enorme dragón.

Aquel caballero alzó su larga lanza y de un golpe, el dragón cayó desplomado al suelo, con la lanza clavada en el centro del corazón.




De repente, de la sangre del dragón que le brotaba del cuerpo salió un rosal, con unas rosas que brillaban con el esplendor del sol, y de repente, el caballero Sant Jordi cogió una, la más bonita de todas, se dirigió a la princesa y se la dio en señal de amor.



    
Al regresar al pueblo, el rey pidió a aquél caballero que se casara con su hija y que le daría todo su oro y la mitad de su reinado.Pero el caballero se marchó sobre su caballo blanco sin decir nada.Desde aquel día la gente del pueblo vivió tranquila. Es por eso que en el día de Sant Jordi los hombres regalan una flor a la persona que más quieren, y las mujeres un libro.



      Laia Nicolàs

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